sábado, 30 de abril de 2016

Del hemiciclo al ‘hemicirco’



La XI Legislatura ha llegado a su fin. Han bastado cuatro meses para constatar la falta de entendimiento entre los diferentes grupos para conformar la investidura de un presidente del Gobierno. En este tiempo hemos comprobado cómo el hemiciclo se ha convertido para los de la ‘nueva política’ en un plató de televisión y de escenificación de excentricidades para llamar la atención como sea con tal de salir en la tele y en los medios. Como dice un buen amigo mío, hemos pasado de un hemiciclo de debate y discusión a un ‘hemicirco’.

Les he de confesar que para algunas personas, como es mi caso, poder formar parte del Congreso de los Diputados es un sueño cumplido. La defensa de las necesidades de los más débiles, la vocación de servicio público, el respeto a las mayorías… y todo un elenco de valores e inquietudes democráticas surgieron con mucha intensidad en muchas personas en la cristalización del proceso democrático cuando aún no podíamos votar. Veíamos en el Parlamento el crisol en que poder transformar nuestra sociedad y hacerla más justa y equitativa. Hoy algunos sentimos una profunda tristeza por el espectáculo tan bochornosos que hemos vivido allí estos últimos cuatro meses.

Los de la ‘nueva política’ y los nacionalistas más radicales –ya iniciaron esta senda tímidamente en la legislatura anterior- desprecian el debate y las mayorías. En este tiempo hemos podido comprobar cómo lo único que les interesa es la efectividad en los medios de comunicación. Y sin ningún escrúpulo democrático, mientras los demás analizamos los temas, nos reunimos con colectivos para contrastar opiniones sobre el tema a debatir, ellos piensan en cómo innovar y buscar el hito que les permita oscurecer el debate. 

Y para ello se levantarán al unísono todos ellos del escaño, se pondrán camisetas con eslóganes, orquestarán una acción concertada al grito de un asistente en la tribuna de invitados. Y cosas peores que hemos podido ver… ¡Qué les voy a decir a ustedes que no hayan visto! Y para ello se  amparan en cualquier derecho retorciéndolo hasta donde haga falta para sus intereses de propaganda. 

Esta acción esperpéntica de la ‘nueva política’, como ellos la denominan, es la antipolítica. Puede ser muy propia de países con líderes totalitarios y bananeros amparados en una falsa democracia. Pero en España, no. Somos un país moderno con una sociedad libre y avanzada. Y con enormes dificultades, y lo que menos necesitamos para abordar los problemas que tenemos son espectáculos circenses.

Les tengo que confesar que sufro mucho en el hemiciclo cuando veo a esta gente, que además se autotitula de izquierdas, escenificando en cada sesión una sátira para que hablen de ellos, y haciendo el “caldo gordo” a la derecha. ¡Qué pena!   


 

domingo, 24 de abril de 2016

A la búsqueda del culpable



A la espera de la consulta del Rey, las diferentes formaciones políticas ya han contado con la convocatoria de elecciones anticipadas el próximo día 26 de junio. Ahora toca echar la responsabilidad al principal contrincante bajo la idea de se llevará gran parte de la penalización si así lo visualizan su potenciales votantes. 

Además da gusto escuchar y admirar las valoraciones de algunos. Así, Echenique, el recién elegido secretario de Organización de Podemos, y antiguo militante de C´s, nos ha dicho que “Si Pedro Sánchez tiende la mano al PP, habrá gran coalición; y si Pedro Sánchez tiende la mano a Podemos habrá un Gobierno progresista. Si no vamos a elecciones anticipadas”. Gran clarividencia la de este señor. Debe pensar que el tal Pedro Sánchez debe ser un subnormal profundo para aceptar ese pensamiento, o que los españoles son tontos de capirote. La unidad de España, el gasto adicional de 60.000 millones de euros, el caudillismo y la corrupción dan igual. ¡Preocupante la superficialidad y frivolidad de algunos! 

Pero no se pierdan a un tal Maíllo. Yo tuve la oportunidad de coincidir con él hace unos días en una Comisión de Industria del Congreso, de la que es presidente, y no daba crédito. Entraba y salía de la sala continuamente, hablaba por teléfono y de vez en cuando, cuando estaba presidiendo, soltaba alguna gracieta, la verdad es que con poca chispa. Vamos, todo menos la debida cortesía parlamentaria y el respeto a la función. Este señor lleva unos días diciendo a quien le quiera escuchar que “la culpa de la convocatoria de nuevas elecciones la tiene Pedro Sánchez. Ellos han ganado las elecciones  y Sánchez les tiene que votar, porque si no vamos a elecciones anticipadas”.

Pobre Pedro. Tiene la culpa de todo. Fueron 18 millones de personas los que no votaron al PP frente a 7 que sí lo hicieron, pero la culpa la tiene él. Claro que el Sr. Maíllo podría tener la ocurrencia, más si le consulta al Sr. Echenique, que puesto que las fuerzas del cambio sacaron muchos más votos que el PP, si estos votan al PSOE no hace falta celebrar elecciones. ¡Buena idea, no! La verdad es que no había caído. Lo voy a repetir muchas veces, a ver si cuela.

En fin, esta misma práctica que los ingenuos portavoces accidentales del PP y de Podemos nos la podemos encontrar hasta en las sopa en algunos medios de comunicación y sus divos de la comunicación. Y en este caso de ingenuidad nada, intereses de diferente índole. Tenemos la experiencia de las últimas generales y locales. Tiempo al tiempo.   
     

sábado, 16 de abril de 2016

Inhabilitados para gobernar





El caso Soria es la gota que colma el vaso. Inhabilita y deslegitima al PP ante la opinión pública para gobernar. Vuelve a poner, una vez más, si es que alguna vez ha dejado de hacerlo, la corrupción en el centro de la vida política española y al PP como su principal protagonista.

Los casos Gurtel (en sus diversas manifestaciones territoriales en Madrid, Valencia, Galicia y Castilla y León), Púnica, Matas, Bankia, Construcción en Castilla y León, Brugally CCM en Valencia, o los ligados a sus dos tesoreros, los famosos Bárcena y Naseiro, ponen de manifiesto que la corrupción no ha sido algo casual en el PP.

Soria es el segundo ministro del Gobierno de Rajoy que presenta su renuncia al cargo por un caso oscuro. Antes lo hizo la ministra Mato.  Pero una vez conocidos los papales de Panamá es difícil entender cómo hasta el momento no ha presentado la dimisión el actual comisario europeo y antiguo ministro de Agricultura, el Sr. Cañete, tras conocer sus negocios familiares en paraísos fiscales. Las palabras de Montoro son trasladables a su caso: “No se puede estar en el Gobierno y haber operado en paraísos fiscales”.

No hay que olvidar que nombres tan significativos como Rato, Fabra, Barberá, Granados, Ignacio González, De la Serna… están inmersos en procesos judiciales. Una manifestación más de que lo ha ocurrido en el PP no ha sido casualidad. La corrupción ha sido sistémica. Son muchos los que se han acercado al PP para utilizarlos como plataforma de sus negocios o sus triquiñuelas. 

Qué se puede esperar de un partido cuyo presidente se hace el don Tancredo ante los continuos casos, o incluso les anima a resistir y ser fuertes, como hizo con su tesorero. Y el anterior presidente, el Sr Aznar, defrauda a la Hacienda pública y entiende que lo de la tributación a él no le corresponde. Claro que si tenemos en cuenta que instrumentalizó el cargo de presidente del Gobierno para sus futuros negocios con los todos poderosos magnates de las finanzas, utilizando de testaferro a su yerno, la cuestión es más fácil de entender. Nos hallamos  ante un problema de entender la participación en la vida pública muy “sui géneris”.

España atraviesa por un mal momento. La situación económica, política e institucional necesita un nuevo impulso. Las últimas elecciones han permitido visualizar que la Nueva Política lejos de ser una solución es un fiasco que participa de lo peor de la Vieja, incluida la corrupción. Hoy España necesita regenerarse. Rajoy no puede liderar un futuro Gobierno de España y el partido que preside, tampoco. España es algo más que los intereses de un partido, sea de derechas o izquierdas.  

El caso Soria elimina cualquier esperanza del PP para recibir apoyo del PSOE. No lo puede hacer. La izquierda honesta no se lo perdonaría nunca a Sánchez, cuanto menos un Gobierno presidido con Rajoy. El PP busca nuevas elecciones para ganarse el indulto de los españoles.  No hay que descartarlo. Ante un nuevo proceso electoral muchos españoles pueden ser insensibles ante la corrupción. Lo vimos muchos años en Valencia y lo hemos comprobado en las últimas elecciones generales en Segovia con el caso De la Serna. Si eso sucediese seguirán inhabilitados para formar Gobierno. Creo que lo mejor es que se regeneren y pasen un tiempo a la sombra del poder. Debieran buscar una solución ahora, haciendo un gran servicio a España, de lo contrario están expuestos a un gran cataclismo.  


domingo, 10 de abril de 2016

A por el sorpasso



El encuentro esta última semana de C’s y el PSOE con Podemos no ha deparado nada nuevo que no supiésemos. En el tiempo transcurrido entre el 20D, día de celebración de las generales, y el momento actual la formación morada ha ido a lo suyo: a la búsqueda del sorpasso a los socialistas. 

En el análisis de escenarios para la búsqueda de un acuerdo de gobernabilidad en este proceso, yo, ingenuo de mí, llegué a pintar una idea estrambótica sobre la base de un pensamiento divergente –a veces muy necesario en los procesos de negociación cuando pueden encallar- de la fusión de las izquierdas en torno a un ideario socialdemócrata a medio plazo que se solidificaría bajo un Gobierno conjunto. Mi jefe me miró y me dijo: No olvides, Juan Luis, que son comunistas y que sólo persiguen el poder. ¡Qué razón tenía!

Hoy la vieja idea de Anguita, incluido el odio en algún caso, está más presente que nunca en Podemos. Carecen de ideología y son los mejores aliados de la derecha, no en vano nacieron bajo su auspicio para dividir la izquierda y allanar el camino de las políticas liberales y conservadoras, y lo han conseguido. 

Son un grupo de profesores universitarios, muchos de ellos elitistas, que no han conocido nunca los efectos de la pobreza o de ser clase media baja. Son un  grupo de personas que han enarbolado como reivindicación los logros de la socialdemocracia española, pero que a su vez no los valoran. Son ludópatas, como me comentaba un compañero suyo de facultad,  que ven la política como un juego y quieren hacerse con la banca. 

Se trata de alcanzar el poder como sea. Les da igual los españoles. Les da igual la soberanía nacional. Sus guiños al independentismo catalán sólo tienen como objetivo mantener los escaños de los independentistas catalanes, negando al resto de los españoles a decidir sobre el futuro de nuestro Estado. Su presentación de oferta de izquierdas es un fiasco. Sólo buscan el apoyo independentista catalán y vasco para tener más garantías de sorpasso en el futuro. Quieren elecciones. Saben que la banca puede llegar tras la máxima de Winston Churchill, “de derrota en derrota hasta la victoria final”. Y tienen un claro ejemplo en sus correlegionarios de  Syriza en Grecia. 

El sorpasso está por encima de la ruina del país y de los españoles. No les importa que le país tenga un déficit de 20.000 millones de euros para exigir un gasto adicional de 60.000 millones de euros. Da igual. No piensan en el empleo. Lo importante es alcanzar el poder. Siguen también la máxima de Montoro, ¡Qué se hunda España, que ya gobernará Podemos para levantarla! 

Llegado a este punto. Es el momento de apartarse definitivamente de quien carece de la madurez suficiente para pintar en el destino de España, cuando carecen de la más mínima sensibilidad de la izquierda. Porque no lo son aunque se empeñen. El pacto con C’s es una excelente propuesta de progreso para buscar un programa de Gobierno en nuestro país, con un Gobierno formado por personas honestas y dignas, que las hay, y trabajar para la estabilidad y futuro de nuestro país. 

Dejemos que los falsos comunistas sigan a lo suyo: el sueño  del sorpasso. Venezuela puede ser una buena opción para hacer realidad sus sueños, para los españoles de bien, no.      


domingo, 3 de abril de 2016

Al desnudo



Si algo está poniendo de manifiesto el proceso de negociación para la constitución de Gobierno es: quién es quién. Y de una forma muy evidente en Mariano Rajoy. Su espejo refleja el desnudo que ven todos los españoles; y él y su séquito nos quieren ocultar.  
    
La situación recuerda a la parábola del “rey  desnudo”. Como relató el danés Christian Andersen, un rey ensimismado y prepotente compró a un sastre filibustero la idea de un vestido maravilloso que sólo podrían ver aquellas personas que fuesen hijos de quienes todos creían que era su padre. El rey participó de la ilusión, para al igual que su corte de aduladores y seguidistas no caer en la afrenta que suponía no ver lo que los demás veían.   

El rey se vistió con el supuesto vestido y montado en su caballo salió en procesión por las calles de la villa. Un  niño de corta edad dijo en voz alta y clara "el rey va desnudo". Ese grito removió las conciencias de todos. Los cortesanos del rey y el mismo rey se dieron pronto cuenta del engaño, y es que realmente el rey iba desnudo. 

Hemos visto en estos últimos meses cómo Rajoy no tomaba la iniciativa para formar Gobierno a pesar de la petición del Jefe del Estado. Hemos comprobado cómo sus mentiras sobre su gestión una vez más salían a la luz. Ahora se encuentra en la fase de la eterna llamada a Pedro Sánchez que nunca llega. Éste es el verdadero Rajoy. El de la inacción, el de la mentira. Ése que su corte de aduladores y cortesanos nos ha querido presentar como el hombre sensato y capaz para llevar las riendas de España. Pero hoy está más desnudo que nunca. 

Hoy sabemos que la desidia, la inacción y la mentira han constituido las señas de identidad de su Gobierno. Un Gobierno que siguiendo la senda del líder ha pensado más en sus intereses y los de su grupo de seguidores que en los españoles.  Como decía Lincoln, “puedes engañar a todos algún tiempo y algunos todo el tiempo; pero no puedes a todos todo el tiempo”.    
    
La moraleja del “rey desnudo” nos enseña que no por el hecho de que una mentira sea aceptada por muchos tenga que ser cierta. En el caso de Rajoy, la casuística evidencia los hechos. Hoy una gran parte de los españoles podemos gritar “Rajoy está desnudo”.