domingo, 25 de enero de 2015

El QE sonríe a Rajoy



¡A algunos les acompaña la suerte! Eso es lo que ha debido pensar Zapatero al conocer la fabricación masiva de billetes (QE) por parte del Banco Central Europeo (BCE) para comprar bonos del Estado y Corporativos. Si él hubiese dispuesto de esa ayuda en 2010 hoy la situación de España y de la Eurozona podría haber sido muy distinta. La ortodoxia financiera impuesta por los conservadores europeos ha arrastrado a esta situación. Esta semana Draghi ha dado un golpe de timón, y algunos dirigentes que no han apostado por esta medida, como Rajoy, se van a beneficiar de ella. Sin duda, la suerte sonríe a Rajoy y su partido.

El BCE ha lanzado un quantitative easing (QE) que va a inyectar 60.000 millones de euros mensuales —en torno a 45.000 en bonos del Tesoro, y el resto en activos privados, según las estimaciones del mercado— entre marzo de este año y septiembre de 2016, lo que equivale a una inyección de algo más de un billón de euros. Y lo más importante: el QE europeo se mantendrá más allá de esa fecha si la inflación sigue dando disgustos y no se acerca al objetivo del BCE, el 2 por ciento a medio plazo.  El BCE limita el riesgo compartido al 20 por ciento de la inversión. El resto deberá afrontarlo el banco central del país, que es el que comprará los títulos emitidos por su Gobierno.

De nada servirá la expansión de la política monetaria a través de la QE si no hay una demanda de bienes y servicios. Para garantizar sus efectos es necesario un plan potente de inversiones productivas y una política fiscal expansiva. Pero de nada sirve que los bancos tengan dinero para prestar, si las empresas no tienen una oferta consistente.

La QE va a contribuir a  la devaluación del euro y a la bajada de los intereses de la deuda. La medida contribuye a mejora la competitividad de las empresas. Se van a beneficiar aquellas empresas exportadoras, las financieras, porque podrán realizar sus plusvalías con su cartera actual de deuda pública, los consumidores en general al bajar los intereses de los créditos al consumo y de las hipotecas. Y, en general, los ciudadanos que verán reforzada su confianza y lo lógico es que el empleo vaya repuntando y podamos superar la deflación.
Claro que también hay detractores del QE, pero son los menos. En EEUU la política expansiva del gasto público ha dado resultado y el empleo se ha recuperado. Hay quienes piensan que la inyección de un billón de euros a la eurozona sin atajar los problemas estructurales es un error. En ausencia de cambios en las condiciones fundamentales, los bancos no prestarán más, sino únicamente atesorarán la liquidez que han recibido.
Todo indica que las medidas de Draghi, como ya lo hiciera cuando anunció la disponibilidad del BCE a comprar deuda, lo que permitió una bajada drástica de la prima de riesgo, pueden y deben contribuir a reactivar la economía española y la creación de empleo. Esta nueva situación puede llevarnos –y ojalá sea así- al nuevo milagro económico español. Rajoy no tendrá ningún problema en adjudicárselo y el aparato de propaganda mediático del PP hará lo propio. ¿Lo dudaban? La mentira y la propaganda forman parte del core  de negocio del PP.  

domingo, 18 de enero de 2015

J´aussi suis Charlie



Los últimos atentados contra la sede del semanario satírico francés Charlie Hebod, que costaron la vida de doce personas, y el asesinato posterior de cuatro judíos en un supermercado, han despertado la preocupación en toda Europa de la amenaza yihadista. El grito de solidaridad ha sido unánime. Todos nos hemos sentido amenazos y atacados. Por eso yo, como me imagino que todas las personas de bien, nos atrevemos a gritar je aussi suis Charlie –yo también soy Charlie.

La yihad sigue representando para los islamistas el instrumento de acción para conquistar e imponer al resto del mundo sus creencias. Por suerte, lo occidentales hace tiempo que abandonamos las cruzadas. Nuestra civilización ha hecho la transición cultural a lo largo de la historia con diversas corrientes de pensamiento. En especial, con el Renacimiento, que supuso un importante avance en lo social, en lo político, en lo económico y en lo religioso. El hombre pasó a un primer plano y se relativizó la figura de Dios.
Parte del mundo musulmán no ha sido capaz, o no ha querido hacer esa transición. Todo esta supeditado a los mandatos religiosos del Islam. La yihad les vincula hasta la expansión y aceptación total de sus creencias. La tensión impuesta por los más radicales está hoy más latente que nunca. Afganistán, el 11-S, el 11-M, Londres y ahora París marcan hitos relevantes de esta locura. Al-Qaeda y el EI (Estado Islámico) son sus instrumentos letales, como por desgracia podemos comprobar.

Hoy más que nunca tiene sentido trabajar en la Alianza de las Civilizaciones pergeñada y promovida por Zapatero y el presidente turco, Erdogan, y que fue denostada y vituperada por las fuerzas conservadoras. Es necesario buscar fórmulas que permitan cortar la espiral de violencia y solventar, hasta donde sea posible, los problemas asociados al diferente contexto cultural.

La globalización ha hecho que exista una continua interacción de la cultura occidental en la islámica a través de las nuevas tecnologías de comunicación. A muchos musulmanes les resulta muy difícil entender las viñetas de Charlie Hebod contra su Profeta. Como les es imposible entender el derecho a la libertad de expresión occidental. Esta diferencia de contexto cultural es la que iguala para estos musulmanes el derecho a la vida con el derecho a la libertad de expresión; algo que a los occidentales nos resulta imposible entender y condenamos con el sometimiento de sus actuaciones al  Estado de Derecho.          

El terrorismo asociado a la yihad no puede quedar inmune. Su acción solo se puede contrarrestar desde la inversión en la Alianza de las Civilizaciones, lo que sin duda requerirá mucho tiempo para poder compatibilizar sus valores, y mediante la acción preventiva en materia de seguridad. El derecho a la vida en las constituciones e ideario del mundo libre está muy por encima de otros derechos y libertades.

Perfectamente se puede y debe defender el derecho a la vida y a su seguridad, y establecer limitaciones al resto de derechos y libertades cuando puedan incidir en el derecho supremo o ponerlo en riesgo. Protegerse del terrorismo, sea del signo que sea, es un deber que deben promover todos los partidos que miren al horizonte con alturas de miras y antepongan en su ideario político la vocación de servicio público, y no de servirse a sí mismos.      



lunes, 12 de enero de 2015

Agravio del Gobierno a Castilla y León



El pasado 23 de diciembre se reunió el Consejo de Política Fiscal y Financiera –CPFF-en el que se integra el ministro de Hacienda y todos los consejeros del ramo de las diferentes comunidades que integran el Estado español. En él quedó patente que las necesidades de financiación de Castilla y León no se atienden de forma suficiente, pero además los castellanos y leoneses fueron claramente agraviados por el Ministerio de Hacienda.

Castilla y León no tendrá ningún tipo de compensación por haber acudido en 2014 a la financiación de su deuda en los mercados ordinarios, mientras que otras comunidades autónomas que utilizaron el Fondo de Liquidez Autonómica –FLA-, por no poderlo hacer en los mercados al no ofrecer garantías suficientes, se han encontrado a “mitad del partido” con un “cambio en las reglas del juego” por parte del Gobierno de España, que ha reducido el tipo de interés al uno por ciento. Esto supone que Castilla y León pague más intereses y con ello genere más gasto, y le cueste cumplir más con el déficit: No se ha tratado igual a los ciudadanos que viven en esta Comunidad Autónoma que a los de otras partes de España que han tenido las cuentas peor. El Gobierno ha agraviado a Castilla y León.  

El nuevo mecanismo de financiación debatido por el CPFF y aprobado por Real Decreto Ley no depara mejores expectativas para los castellanos y leoneses. El Gobierno ha inflado las cifras que van a corresponder a la Comunidad. Han presentado hasta el momento tres cifras diferentes de supuesto ahorro (483, 424 y 163,8 M€) para las arcas regionales, que han ido rectificando sucesivamente. La Junta las valora sobre los 93 M€. En todo caso, se trata de una cuantía muy inferior en términos equivalentes a lo que se ha asignado a otras comunidades autónomas. Las rectificaciones del ministerio han puesto de manifiesto la falta de rigor y el filibusterismo político de su titular. 

Este nuevo mecanismo de financiación ofrece financiación a tipo de interés cero a partir de ahora, entre 2015 y 2017. Pero el problema es otro. Se trata de la compensación por los intereses pagados por la deuda de 2012, 2013 y 2014 por algunas comunidades autónomas, como Castilla y León, que deben recibir para no resultar agraviadas frente al resto de los territorios, esos que no tendrán que abonar estos intereses al Ministerio porque el Gobierno ha decidido que se paguen entre todos.

Todo parece indicar que el Gobierno no va a compensar a Castilla y León por este agravio. A pesar de que la Junta les ha pedido que condone a la Comunidad la devolución correspondiente a 2014 por lo recibido a cuenta de los anticipos de 2008 y 2009, del orden de 180 M€, no lo van hacer.       
      
Los principales ingresos de esta Comunidad proceden de las entregas a cuenta del sistema de financiación del Estado, que en 2014 se han reducido un cuatro por ciento. Hay que tener en cuenta que los gastos asociados  a la sanidad tienen un peso específico muy alto, dada la estructura demográfica y territorial. Por otra parte, se han reducido los ingresos procedentes por tributos propios. Y eso a pesar de que la economía ha crecido este último año. Castilla y León tiene un déficit estructural en su presupuesto, y la nueva definición de población ajustada no recoge de forma suficiente las diferencias en el coste de prestación de los servicios públicos y, en consecuencia, las necesidades de financiación de Castilla y León.

Castilla y León, elección tras elección, viene dando un respaldo mayoritario tanto en el Estado como en la región al PP; pero está claro que esa fidelidad no es recíproca. Una vez más, el Gobierno del PP no solo no respalda a Castilla y León, sino que le agravia. No estaría de más que los castellanos y leoneses tomen nota.  





              

domingo, 4 de enero de 2015

Carta a los “reyes magos”



Dadas las fechas del año, es el momento de escribir la carta a los Reyes Magos. Lo han hecho muchos niños, repletos de ilusión y esperanza. Son niños. Pero a tenor de las noticias que aparecen en prensa también lo está haciendo algún que otro partido político. El problema es que estos que escriben a los Reyes Magos en nombre de su país a su vez hacen de “reyes magos”. Y todo parece indicar que lo hacen con premeditación y alevosía. Saben dónde van. Lo que creo es que no tiene claro es dónde quieren llevar al pueblo español.

El fenómeno no es exclusivo de España. Syriza en Grecia también ha escrito su singular carta, a la vez que se ha erigido en un particular “rey mago” de los griegos. Puestos a pedir, “el rey mago griego” ha decidido no pagar la deuda, o al menos la mayor parte; elevar el salario mínimo; establecer una moratoria bancaria sobre los créditos privados que superen el 30 por ciento de los ingresos; y poner fin a la austeridad unilateralmente, de una vez por todas.

En Grecia, como en otros países azotados por la crisis, entre los que se encuentra España, un porcentaje muy alto de la población está pasando auténticas dificultades. El fin de la austeridad en Grecia, según este grupo político, tiene un precio de 1.300 millones de euros. La cuestión es cómo conseguirlos. La riqueza nacional en Grecia desde 2009 se ha contraído un 30 por ciento; un tercio de la población se halla por debajo del umbral de pobreza; los ingresos de los hogares han disminuido hasta un 40 por ciento; y la deuda pública representa el 177 por ciento.

Esta es la situación del pueblo heleno. Las propuestas de Syriza no solo son inviables, sino que llevan al país a la quiebra total, cortando cualquier tipo de ayuda externa. Si los acreedores saben que no van a cobrar porque el Gobierno así lo decide, su primera reacción será no prestar ni un euro. De hecho, el Fondo Monetario Internacional (FMI) ya ha decidido suspender cualquier tipo de ayuda hasta que no se clarifique el panorama político en las próximas elecciones del día 25 de enero.

Los dirigentes de este partido heleno piensan que con el simple anuncio del impago de la deuda, la Troika se verá obligada a inyectar más recursos para evitar la salida del euro de Grecia. Se equivocan. La economía griega apenas es significativa en Europa. Si se cediese, estarían dando oxígeno a otros países como Portugal, Irlanda, Italia y España. Lo que puede pasar es que los griegos, en su desesperación, elijan un gobierno populista que les lleve en un tiempo récord a la salida del euro y a altas tasas de pobreza y miseria.

Esta situación iría acompañada de un nuevo establisment, o si prefieren, una “nueva casta política”, utilizando su jerga, que intentará hacerse fuerte, restringir libertades y poner en marcha un sistema de economía planificada que reparta centralizadamente la cada vez menor riqueza nacional, como medio de autodefensa. O sea, un Estado intervenido con elecciones también intervenidas. ¿Les suena? Claros ejemplos hay en América Latina. Nosotros en España hasta nos permitimos el lujo de tener asesores y expertos en este tipo de sistemas económicos y políticos que abogan por ellos, aunque para ello no tengan ningún escrúpulo en presentarse como socialdemócratas o lo que haga falta. Como decía Groucho Marx en una de sus geniales películas: “estos son mis principios, pero si no les gustan les puedo cambiar”.

En momentos de dificultad es muy fácil jugar con los sentimientos de la gente, sobre todo cuando está desesperada. Ahora, todo es susceptible de empeorar y  Grecia va por mal camino. No se lo deseamos nadie, pero los españoles tienen que aprender de la experiencia griega. La reactividad y el odio nos son buenos compañeros de viaje para resolver los problemas. Más cuando se trata de encontrar recursos de los que no se dispone y te los tienen que prestar para mantener un nivel digno de vida.

La política no consiste en gestionar los sentimientos de las personas. Se trata de buscar soluciones a los problemas y no engañarlos, como han hecho hasta el momento gran parte de los dirigentes de Europa. Y para eso hay que buscar una política expansiva acordada de gasto público a nivel global, pero no a las bravas. De lo contrario, nos esperan muy malos tiempos. Confiemos en la sensatez de los pueblos de Europa y no en los “reyes magos” que no existen y solo buscan su cuota de poder.