sábado, 24 de octubre de 2009

Ni una sola idea, ni una sola propuesta

Esta última semana se ha celebrado el debate de los presupuestos en el Congreso de los Diputados. Más de lo mismo. Rajoy no aportó ni una sola propuesta y utilizó como base de su crítica las desviaciones en las previsiones de los presupuestos del último año. Su apuesta es clara: la crisis como el motor que ha de conducirle a La Moncloa, y esto no es compatible con cualquier política de colaboración responsable para la recuperación.

La política del Partido Popular es de “chufla y pandereta”, con una fuerte carga de cinismo. Ellos cacarean la necesidad de reducir el gasto público y de bajar los impuestos; pero, a la vez, reclaman en sede parlamentaria más infraestructuras y mucho más gasto para todo lo que se reivindica desde cualquier colectivo. Y en aquellos ayuntamientos y comunidades autónomas donde gobiernan no predican con el ejemplo. Prueba de ello es el alto endeudamiento de comunidades como la valenciana o el Ayuntamiento de Madrid.

Bajar impuestos, como quieren los populares, significa automáticamente reducir las prestaciones sociales –pensiones, parados, dependencia y becas, entre otras- y recortar la inversión productiva pública. Lo primero agravaría la situación de determinados colectivos, quebrando la cohesión y la paz social; y lo segundo, ante la ausencia de inversión privada en el momento actual, tendría un efecto perverso para la mejora de la productividad y el empleo en la economía española. A lo más que han llegado es a anunciar estos días la necesidad de eliminar los ministerios de Igualdad y de Vivienda, sin recordar que fueron ellos los que generaron la gran burbuja inmobiliaria y el fuerte endeudamiento de las familias españolas durante su etapa de gobierno; y demuestran una falta de respeto por la mujer y la defensa de sus derechos. Es algo más que falta de sensibilidad: es nepotismo conservador y rancio.
2010 será un año difícil. El PP en esta crisis, la más grave que ha padecido el sistema capitalista, lo único que ha hecho hasta el momento es meter miedo y generar desconfianza en la población. Una parte de la caída del consumo, que es tanto como decir del empleo, se la debemos a personajes como el señor Montoro y el señor Rajoy; otra, a los problemas estructurales de la economía española: orografía, escasez de recurso naturales, falta de tejido empresarial…, que prevalecen desde el siglo XIX. Por suerte, el Gobierno socialista, con la Ley de Economía Sostenible, se propone impulsar su solución. Otra vez más, el PP, con su señorito al frente, Mariano Rajoy, ni está ni se le espera: ni una sola idea, ni una sola propuesta. Así son los patriotas del siglo XXI, defensores del legado histórico de la derecha en nuestro país.

domingo, 18 de octubre de 2009

La hora de la Justicia

Basta darse una vuelta por los distintos juzgados de España para comprobar el mal estado de sus inmuebles, por lo general vetustos y mal mantenidos. Pero, con todo, éste no es el mayor problema. Los juzgados españoles presentan un déficit histórico de jueces, fiscales y, en general, de todo tipo de personal para el desarrollo de sus funciones. La organización no es la mejor. Lo mismo ocurre con la organización de archivos y la aplicación de las nuevas tecnologías.

La organización y gestión de los juzgados españoles deja mucho que desear. La propia idiosincrasia de los jueces y su independencia, unido a la doble dependencia funcional y orgánica de los juzgados, y la falta de unas claras líneas de responsabilidad en la gestión, han contribuido a que la Justicia en España no haya funcionado con la eficacia y eficiencia que hubiese sido deseada.
La politización de la Judicatura, con la puesta en escena de diversas asociaciones profesionales, casi todas ellas conservadoras, ha contribuido de manera decisiva, junto con el afán de notoriedad de los llamados jueces estrella, a minar su credibilidad. El sistema de selección contribuye a ello. Por lo general, el acceso al Poder Judicial sólo es posible para los hijos e hijas de familias pudientes, y con un fuerte arraigo familiar. El ‘Opus Dei’ es posiblemente la organización ha aupado a más de sus miembros a la carrera judicial. Y no es casualidad. El acceso al Poder Judicial se sustenta en un conjunto de pruebas memorísticas, fundamentalmente, que algunas organizaciones dominan a la perfección. Sin olvidar la endogamia de los tribunales. Con ello quien está perdiendo es la Justicia. O sea, todos los españoles.

El Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero, consciente de los problemas enumerados, ha puesto en marcha el Plan de Modernización de la Justicia, que complementará el proceso de mejoras iniciado en 2004. El Ejecutivo destinará al plan 600 millones de euros, que se sumarán al presupuesto anual corriente del Ministerio de Justicia, que el próximo año será el mayor de su historia. Hoy se invierte en Justicia un 50 por ciento más que en 2004, cuando el Gobierno socialista llegó al poder.

El Ministerio de Justicia trabaja en la reforma del modelo de planta y demarcación para adaptar el mapa judicial a las necesidades reales de España. El Gobierno ha realizado el mayor crecimiento de la planta judicial. En la legislatura, la planta judicial va a crecer un 19 por ciento. Durante los próximos tres años el número de jueces aumentará un 17 por ciento; y un 20 por ciento, el de los fiscales y los secretarios judiciales.

La Nueva Oficina Judicial, con un amplio consenso parlamentario, será una realidad en 2010, lo que implicará juzgados más eficientes, concentración de esfuerzos y recursos, mejor servicio a los ciudadanos y mejor asistencia a los jueces y magistrados. Los presupuestos de 2010 prevén una importante partida para este proyecto, como también lo contemplan para la implantación de las nuevas tecnologías.

Con todos estos ingredientes, la conservadora Asociación Profesional de la Magistratura fue a la huelga en fechas recientes. Huelga que ya tenía decidida desde mucho antes. Y no se orientaba precisamente a fortalecer el desarrollo judicial: señalando más juicios, y aumentando de esta forma la productividad de los juzgados; o a mejorar la dedicación de algunos jueces en su tiempo asignado de trabajo. Todo ello es mejorable, y eso depende de los jueces, no del Gobierno. En algún juzgado de instrucción de Segovia lo saben muy bien.
Para algunos jueces conservadores el problema es de otra naturaleza: no soportan que un gobierno de izquierdas dé respuesta a los problemas que durante muchos años ha padecido la ciudadanía con el Poder Judicial. Claro que falta dar un gran paso: democratizar el acceso a la Judicatura y fundamentarlo sobre bases sustantivas más trasparentes, objetivas y eficaces. Se trata del tercer Poder del Estado. Un poder independiente, que conforme al Estado de Derecho, ha de juzgar con sus normas y hacer ejecutar lo juzgado.

domingo, 11 de octubre de 2009

Gürtel & Larsson

La trama de financiación del Partido Popular, conocida como la trama de corrupción Gürtel, bien podría inspirar una próxima novela de Stieg Larsson, sino fuera porque éste célebre escritor sueco ha muerto. A veces la realidad supera la ficción y, una vez que se levantó esta última semana el secreto del sumario, se ha puesto de manifiesto lo que algunos sospechábamos y observábamos desde hace tiempo en base a los hechos: el PP contaba con una red de financiación paralela y complementaria a la fórmula legal establecida.

La evidencia de los hechos pone de manifiesto en muchas partes de España la gran capacidad financiera del PP para financiar todo tipo de actos y eventos. En especial, en las campañas electorales, como he tenido la oportunidad de denunciar en la Comisión Mixta del Tribunal de Cuentas, de la que soy viceportavoz por el PSOE. Para evitar el fraude electoral –como propuse- es necesario reforzar los mecanismos de transparencia que imposibiliten y dificulten la financiación por terceros de las actividades de las formaciones políticas, al margen de las pautas legales establecidas.

Por eso, cuando Rajoy nos dice ahora que todo este asunto se trata de “una trama corrupta para aprovecharse y hacer daño al PP”, no nos queda más remedio que reír a carcajada limpia. Antes, sin escrúpulo alguno, había acusado al PSOE de haber hecho un montaje de todo esto; después echó la culpa a la policía y al Ministerio Fiscal… No ha hecho otra cosa, sino intentar ganar tiempo y confundir a los ciudadanos. Ahora la evidencia es la evidencia y lleva meses sin contestar a las preguntas de los periodistas.

Los casos de la trama se extienden no sólo a Madrid, Valencia y Galicia, sino también a todos los territorios donde el PP ha tenido una clara hegemonía política. Esta semana hemos conocido cómo el presidente de las Cortes de Castilla y León, antes consejero de Fomento, el popular José Manuel Fernández Santiago, está ligado a la trama, como también lo están el anterior consejero de Fomento de la Junta de Castilla y León, Jesús Merino, y el director general de Deportes, antiguo teniente alcalde del Ayuntamiento de Boadilla, Miguel Ignacio González. Hoy el ex alcalde de Boadilla del Monte contrataba con la red, porque se lo había pedido el tesorero del PP, el señor Bárcenas, quien a pesar de haber presentado su dimisión en los cargos orgánicos del partido sigue disfrutando de coche oficial y sigue siendo senador. Y esto es lo que conocemos. Porque, como ya he comentado, los hechos cantan. Y basta observar en muchas partes de España las actividades del PP.

¿Alguien puede creer que Rajoy no estaba al tanto de los hechos? Pero si personas de su mismo equipo, como Ana Matos, estaba recibiendo de la red junto a su ex marido, el ex alcalde de Pozuelo de Alarcón, 6.000 euros al mes y se había inscrito a su nombre un automóvil. Rajoy tiene que asumir su responsabilidad como presidente del PP, donde varios de sus dirigentes se encuentran implicados, y presentar su dimisión; de lo contrario, su actitud será indigna. Así lo ponen de manifiesto los 17.000 folios del sumario que no sólo dan para tres volúmenes de 800 páginas de la colección ‘Millennium’, sino para mucho más. La historia sólo acaba de empezar y por suerte para ellos la crisis económica lo distorsiona todo. Pero tiempo al tiempo.



sábado, 3 de octubre de 2009

Decepción olímpica

¡Qué pena! No ha podido ser que las Olimpiadas de 2016 vengan a Madrid. Sin embargo, ha quedado clara la solidez del proyecto olímpico y el buen hacer de los españoles. Ahora sólo queda meditar si presentamos la candidatura a los juegos de 2020. Seríamos en este caso candidatos por tercera vez, pero hay que recordar que Sydney consiguió los juegos a la tercera. Éste puede ser el caso de Madrid.

A pesar de la ilusión que hemos puesto en el proyecto, la “corazonada” era un sueño imposible. Si tenemos en cuenta que los próximos juegos se van a celebrar en 2012 en Londres, era muy difícil teniendo en cuenta el carácter rotatorio por continentes que tradicionalmente han tenido, romper esta regla. Mucho más cuando la candidatura ganadora, la de Río de Janeiro, representa a un continente que jamás ha tenido unos juegos. Pero sobre todo, y en este caso hay que loar al jurado, la adjudicación de los juegos a Brasil es un gran impulso al desarrollo y cohesión social de América Latina. Un continente con un gran potencial económico y medio ambiental que necesita entrar con más fuerza en la dinámica del desarrollo y de la justicia social; y, sin duda, los juegos constituyen una excelente herramienta para alcanzar ese objetivo.

Ahora sólo nos queda mirar al futuro. Madrid ha invertido en su candidatura olímpica, desde su primera opción en el año 2012, 600 millones de euros. Mucho dinero para no recuperar la inversión. Sin embargo, la tasa de endeudamiento de la ciudad de Madrid –la más alta de España- hace necesario meditar detenidamente la candidatura de Madrid en 2020. Hay que tener en cuenta que en el momento actual está construido el 70 por ciento de las instalaciones. En caso de optar en un futuro a la sede olímpica habrá que actualizar las instalaciones y seguir invirtiendo mucho dinero. Es una decisión que habrá que tomar en los próximos días.

La experiencia acumulada desde 2012 y el cambio de continente nos sitúa en una posición envidiable para obtener la adjudicación del proyecto. A ello habrá que unir la perseverancia, a pesar de haber ido a esta última convocatoria sin grandes expectativas, dado el carácter rotatorio que siempre se ha impuesto; un gran error. Quizá de cara a futuro la perseverancia sea nuestro mejor activo, e incluso puede estar incorporado a la estrategia inicial diseñada en 2012. Ahora bien, en todo caso, a los madrileños les va a costar el proyecto olímpico ‘un riñón’ que hemos de agradecer a ese gran alcalde experto en endeudamiento, en la generación del déficit y en la subida de impuestos, Ruiz Gallardón. Exactamente todo lo contrario que predica el PP, pero que nunca lleva a la práctica cuando gobierna, y a las pruebas me remito.